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sábado, 12 de marzo de 2016

LOS GRANDES POETAS DEL TANGO (III): PASCUAL CONTURSI

Pascual Contursi no sólo fue uno de los más prolíficos poetas del tango proporcionalmente al tiempo que vivió (sólo 43 años), sino que también fue protagonista principal de los dos sucesos más importantes de toda la historia de nuestra música.
Nació en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, el 18 de noviembre de 1888. Siendo aún un niño, sus padres decidieron radicarse en la Capital Federal, más precisamente en el barrio San Cristóbal.
A fin de colaborar con el sustento familiar dedicóse a diversos oficios, entre ellos, una zapatería en la que tuvo como compañero a quien más adelante sería una gloria del teatro argentino: don Pascual Carcavallo.
Siendo un adolescente se traslada a Montevideo y mientras se gana la vida desempeñando tareas varias, da sus primeros pasos en lo que sería su auténtica pasión: el arte.
Los escenarios de la capital uruguaya fueron testigos de sus primeros triunfos hasta consagrarse en el cabaret "Royal" acompañándose con su guitarra de nueve cuerdas.
Era un cantor semi aficionado pero le bastaba para gozar de un cierto éxito.
Paralelamente inicióse en el arte de la poesía y comenzó a escribir sus primeras letras, que concebía para ser acopladas a las melodías de tangos compuestos con anterioridad y por lo general, sin tener el consentimiento de los músicos respectivos.
Así nacieron las poesías para  "Champagne tangò (de Manuel Aróztegui); "La biblioteca" (de Augusto P. Berto); "Ivette" (de José Martínez); "Matasano" (de Francisco Canaro) y otras a las que les puso título, modificando de esta manera el original ideado por el músico correspondiente: "Pobre paica" (para la melodía del tango "El motivo", de Juan Carlos Cobián); "Qué querés con esa cara" (para "La guitarrita", de Eduardo Arolas); y también "Flor de fango" (para el tango "El desalojo", de Augusto A. Gentile).
Pero la que escribió para la música de "Lita", de Samuel Castriota, constituyó el primer hecho fundamental en la historia del tango.
Rebautizada con el nombre "Percanta que me amuraste", Contursi la estrenó en el cabaret "Moulin Rouge", ubicado en la esquina montevideana de Andes y Colonia, en el verano de 1916/17.
A la sazón se encontraban actuando en dicha ciudad, específicamente en el teatro "Urquiza", Andes 1455, Carlos Gardel y José Razzano, que comenzaron su actividad en el citado lugar el 11 de enero de 1917. En oportunidad de ir adonde cantaba el poeta, conocieron al tango que les agradó a punto tal que decidieron traerlo a Buenos Aires como novedad.
Gardel empezó a cantarlo en ruedas de amigos, a quienes la flamante obra les gustó sobremanera.
Este hecho provocó que los miembros del dúo analizaran la posibilidad de darlo a conocer al público porteño; pero dudaban del efecto que causaría en él, tan acostumbrado a escucharlos cantar sólo obras de corte folclórico, un tango pletórico de expresiones lunfardas. Disipadas las dudas por sus amigos, la obra fue finalmente interpretada por Gardel en el teatro "Esmeralda" (hoy "Maipo"), Esmeralda 443.
El éxito fue tan rotundo que el máximo cantor se decidió a grabarla en disco inmediatamente.
Pero antes del registro fonográfico y tal como hicieron con muchas de las obras que formaban parte de su repertorio, optaron por cambiarle el nombre y eligieron llamarla "Mi noche triste".


                                                             

Grabación de "Mi noche triste" por Carlos Gardel - 1917


Esta obra cambió para siempre la historia del tango, ya que de allí en adelante será considerado como la que inició la era del denominado "tango-canción".
En su etapa montevideana Contursi escribió también "De vuelta al bulín" (para la música del tango de José Martínez "Samuel"), así como tres que conservaron sus títulos originales: "El flete", de Vicente Greco; "Era linda mi gauchita", de Eduardo Arolas y "Amores viejos", de Enrique Delfino.
De regreso en Buenos Aires comenzó a actuar en distintos lugares, siendo su favorito "La terraza", un café ubicado en Corrientes y Paraná.
Siguió escribiendo letras y en 1924 protagonizó el otro hecho trascendental en la historia de nuestra música. El 6 de junio en el teatro "Apolo", la compañía de Leopoldo Simari estrenó el sainete "Un programa de cabaret", original de Contursi y Enrique P. Maroni. Durante su transcurso, el tenor José Muñiz dio a conocer un nuevo tango titulado "Si supieras", compuesto sobre la música de "La cumparsita", de Gerardo Hernán Matos Rodríguez.
Esta obra era en principio una marchita carnavalesca que, en 1916, en Montevideo, le fue llevada al maestro Roberto Firpo para su evaluación y éste, con algunas modificaciones, la transformó en tango y la estrenó en el café "La Giralda", 18 de julio y Andes, en donde estaba actuando con su orquesta.
Si bien durante los primeros tiempos a partir de su composición fue objeto de varias grabaciones a cargo de orquestas importantes, poco a poco fue cayendo en el olvido. La poesía escrita por Contursi lo volvió al triunfo y mereció ser grabado por Carlos Gardel. A partir de allí, "La cumparsita" tomó con creciente éxito los caminos del mundo hasta ser considerado lo que es hoy: el himno del tango.
Esta realidad fue narrada por Francisco Canaro con estas palabras:
"En mi primer viaje a París, a los pocos días de mi debut me encontré con Gerardo Matos Rodríguez quien, en viaje de turista, estaba disfrutando de los mil y un encantos que brinda la Ciudad Luz a los forasteros que, sedientos de renovadas impresiones, llegan a la "grand ville" donde pareciera que las más quiméricas ilusiones nacen, viven y se mueren y donde el sortilegio de su historia y de su fascinación fluctúa en todos sus ámbitos. 
Después del saludo y abrazo de práctica entre viejos amigos, nuestra conversación terció sobre Buenos Aires, de donde yo acababa de llegar y sobre la reactualización del éxito de "La cumparsita", que, entre paréntesis, para Matos Rodríguez ya había pasado a la historia.
Le conté cómo había resurgido de nuevo y de qué manera se ejecutaba con verdadero furor por todas las orquestas; que Pascual Contursi y Enrique Maroni le habían compuesto una letra muy bonita y adaptada a su ritmo y que Carlitos Gardel la cantaba con extraordinario éxito y hasta la había grabado en discos. 
Matos Rodríguez se alegró muchísimo de mis gratas noticias de la exitosa resurrección de su difundido tango."

                                                                      

Café "La Giralda", adonde en 1916 la orquesta de Roberto Firpo estrenó "La cumparsita"


Profusa fue la obra autoral de Contursi, compuesta por sainetes y obras musicales.
En colaboración de Ivo Pelay, Manuel Romero, Enrique P. Maroni, Alberto Ballestero, Mario Bellini, Elías Alippi, Domingo Parra, Pablo Marcelino Suero, entre otros autores, dio a conocer para el teatro:
"La milonga popular"; "Percanta que me amuraste"; "Vayan saliendo los guapos"; "Un programa de cabaret"; "Garabito"; "Porteño tenía que ser"; "Quién fuera millonario"; Hasta el San Martín no para"; "Atención al fogonazo"; "Los distinguidos reos"; "En el barrio de los tachos"; "Maldito cabaret"; "La polca de la silla"; "Martineta y Carpincho"; "Cabaret, tangos y anexos"; "Qué calamidad"; "Del tango al charleston"; "Primavera rea".
Entre las piezas musicales, amén de las ya citadas, se cuentan:
"Desdichas" (con Augusto A. Gentile"); "La mina del Ford" (con Fidel del Negro y Antonio Scatasso); "Caferata"; "La he visto con otro"; "Pobre corazón mío; "Ventanita de arrabal", "Marchetta; "Te doy lo que tengo";  (estas seis con Antonio Scatasso); "Puentecito de plata"; "La jujeña"; (ambas con Francisco Canaro); "El mate de la china"; "Garabita"; (estas dos con Bernardino Terés); "¡Qué lindo es estar metido"! (con Enrique Delfino). Su obra póstuma fue "Bandoneón arrabalero", escrita en París en 1928 y cuya música compuso Horacio Pettorossi, quien inmediatamente transfirió sus derechos de autor a Juan Bautista Deambroggio "Bachicha".
Con respecto a los géneros: "La jujeña" es una zamba; "El mate de la china", una ranchera y el resto son todos tangos.
Al año siguiente cayó víctima de una enfermedad producto de un contagio y la misma fue minando su capacidad mental y comenzó a desvariar.
Carlos Gardel, quien a la sazón se encontraba actuando en la capital francesa, lo encontró una noche del frío invierno parisino tiritando en la Place Pigalle y le preguntó:
- "¡¡¡Pascual!!! ¿No tenés frío?"
-"¡No!. ¡Me muero de calor!; le respondió Contursi.
El cantor quedó tan impresionado que inmediatamente organizó el regreso del poeta a la Argentina.
En el puerto de Buenos Aires lo aguardaban su esposa, su joven hijo de veinte años José María y también José Razzano, quien, advertido por Gardel de su grave estado de salud, se ocupó de ayudar a la familia para su pronta atención.
A partir de allí, José María y Razzano cimentaron una sólida amistad y el hijo del poeta (que también lo era), se encontraba presente en el lecho de muerte en el momento en que el viejo "Pepe" emprendió el viaje hacia la eternidad el 30 de abril de 1960.
Internado en un hospicio, Pascual Contursi falleció en Buenos Aires el 29 de mayo de 1932.
 
 
                   Mi noche triste (Lita); tango (P. Contursi - S. Castriota)
                Carlos Gardel - Guitarras: José Aguilar-Guillermo Barbieri-
                                                         Ángel Domingo Riverol
                                 Grabado el 24 de abril de 1930
                                       Nacional 18812a/5449